Cuentan los abuelitos, que una noche después de un largo día de trabajo don Juan se fue a su casa para descansar ya que el día siguiente seria largo y con mucho trabajo, cuando en el camino alcanzo a ver la silueta de una dama alta, delgada, con un hermoso y largo pelo negro y un largo vestido blanco, él como buen enamorado apresuro el paso para alcanzarla y entonces le dijo “¿A dónde vas muñeca?”, pero ella no le contesto, eso no desanimo a don Juan y apretando el paso se acerco y le dijo : “¿No tienes miedo de ir tan solita?, te pueden robar”, “¿No gustas que te acompañe?”. La dama no contestaba, ni siquiera volteaba, por lo que se decidió a alcanzarla diciéndole:”No tengas miedo, quiero acompañarte y platicar un poco”. Sin hacer caso ella apresuró el paso, y don Juan hizo lo mismo. Caminaron un rato así hasta que él se decidió y alcanzándola estiró la mano para agarrarla de un brazo.
En el momento que la dama volteó con la luz de la luna llena, se pudo apreciar una flamante calavera.
Don Juan se quedó parado del miedo y la dama siguió rumbo al panteón. Cuando se le paso un poco el susto se regresó a su casa que estaba ya cerca. Tocó y le dijo a su esposa e hijos que no prendieran la luz, que cerraran y ya les platicaría por qué. Entró, se acostó y les contó todo lo que le había sucedido y el gran susto que se había llevado. A lo que su esposa le dijo “ Eso es lo que te sacas por andar de enamorado".
Por : Elizabeth Monsivais
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