Rosa tenía muchas ganas de ir al baile que iba a estar en un rancho vecino, pero como sus amigas ya se habían ido, sus papas no la dejaron ir ya que no querían que se fuera sola en la noche.
Sin embargo, eran tantas las ganas que tenía rosa de ir a ese baile, que en cuanto sus papás se durmieron ella se escapó y empezó a caminar en dirección al baile, estuvo caminado varias horas hasta que se dio cuenta de que se había perdido, pues el baile era en un rancho muy cerca y ya hacía varias horas que debía de haber llegado, ya estaba muy asustada pensando cómo iba a hacer para regresar a su casa, cuando de pronto se escuchó el trotar de un caballo y en seguida pudo ver a un joven muy guapo vestido de charro con un traje negro y montado en un caballo muy bonito también de color negro.
Cuando el charro se le acercó y le dijo:
- A dónde vas preciosa.
- Voy al baile, pero me perdí, respondió Rosa.
- Yo voy para alla, ¿quieres que te lleve?. – Le dijo el charro.
- Claro.-Contesto Rosa, al momento que se montaba al caballo.
- Voy al baile, pero me perdí, respondió Rosa.
- Yo voy para alla, ¿quieres que te lleve?. – Le dijo el charro.
- Claro.-Contesto Rosa, al momento que se montaba al caballo.
Cinco minutos después, llegaron al baile y Rosa empezó a bailar con el charro, que no se separó ni un minuto de ella.
Media hora después, Rosa creo ver a un vecino de su casa saludarla, lo atemorizante era que ese vecino hacía varios años que había muerto, entonces se dio cuenta de que todos los presentes, saludaban con respeto al charro con quien ella bailaba, y empezó conocer a algunos los asistentes al baile y se dio cuenta que todos habían muerto, entonces por instinto volteo a ver los pies del charro y lo que vio fue horrible tenía una pata de gallo y otra de chivo, volteo a la cara y vio como de la frente del charro salían unos cuernos ERA EL DIABLO.
Era tanto el miedo que tenía Rosa que llorando cerro los ojos y empezó a rezar, mientras solo escuchaba las carcajadas de quien la había acompañado durante todo el baile, ella rezo y rezo hasta que, ella rezo y rezo hasta que a no escucho nada, abrió los ojos y se encontró en un llano sola y muy lejos de su casa, pero viva y a salvo, fue lo que pensó Rosa y entonces camino hasta su casa, cuando llego a su casa y contar lo que había pasado, sus papas solo dijeron, El diablo siempre está al asecho, esperando la oportunidad de llevarse con él las almas perdidas.
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